Max y Escorpia

Los mellizos nacieron mientras su madre estaba enferma. Luego del parto quedó muy debilitada y poco después falleció. La autopsia reveló que había muerto por un veneno que se generó en su propio interior, preocupados por la salud de los bebés los estudiaron y así descubrieron que la niña era capaz de producir toxinas en su sangre, pero el niño no presentaba ninguna particularidad. El padre, al saber que su mujer murió por culpa de su propia hija, generó un rechazo hacia ambos, se volvió depresivo, violento y debido a una adicción que generó, conoció a Patricio. Al ser un cliente recurrente, se volvieron bastante cercanos y Patricio logró conocer a sus hijos, no estaban en muy buenas manos, eran temerosos y constantemente a la defensiva, el niño tenía la nariz rota y mal curada, “un accidente”. No mucho después, se enteró del suicidio del hombre, los niños quedaron huérfanos y serían enviados a una casa hogar, por lo que luego de hablar con Regina, decidieron darles un techo y el cariño y cuidado que jamás recibieron. Con el tiempo, los chicos olvidaron completamente los hechos.

Los hermanos Di Fenice.

Patricio nació del primer matrimonio de su padre en Italia. Fue un buen estudiante, centrado e imperturbable. Su padre se divorció cuando él entraba en la adolescencia y su madre lo ignoraba la mayoría del tiempo. Al terminar la escuela hizo el servicio militar y poco después, se enteró de que tenía dos hermanos. Pasaron unos años y su padre falleció, en el funeral fue que los conoció; Conner, el menor, y Jaquelin la del medio. Se volvió a su ciudad a terminar el servicio y debido a su gran desempeño, fue fichado para pertenecer a un grupo secreto de espías del gobierno. Una de sus misiones fue en Francia, infiltrándose en la armada para asesinar a un alto mando que traficaba con armas militares. Jamás se espero que en aquellas filas conocería al amor de su vida, Regina. Tras lograr su objetivo, pero causar un gran alboroto, escapó, no sin antes invitar a Regina. Llegaron a Imawo y se asentaron una vez parecían estar a salvo.
Jaquelin y Conner nacieron del segundo matrimonio y vivieron entre lujos, pero nada de amor ni atención. Cuando su padre murió, ni siquiera lloraron a pesar de ser solo niños. Su madre entró en depresión y comenzó a gastar la millonada del hombre, olvidó la existencia de sus hijos y Jaquelin era la que se encargaba de su propio hermano. Al terminar la escuela, siguió los pasos de su hermano mayor, cumpliendo el servicio militar y más tarde, hizo las oposiciones para ser policía, pero no pasó. Siguió buscando un trabajo que consista en proteger y defender a la gente, así se convirtió en patovica. Una vez logró asentarse lejos de su madre, se llevó a Conner con ella. Conner estudió leyes y también realizó las oposiciones para la policía, él sí lo logró. Jaquelin fue contratada para funcionar de guardaespaldas privada para un grupo lejos de limpio, pero aceptó. Conner no supo esto, solo que posiblemente estaría en riesgo, aunque confiaba en la fuerza y habilidad de su hermana. Pasaron los años y Jaquelin había empezado un amorío con el delincuente que la contrató, y poco después cayó embarazada. Así nació Noah, y Conner reconoció a su padre, no era cualquier vándalo, pero poco podía hacer solo. Conner se volvió muy cercano a su sobrino y se turnaban con Jaquelin para criarlo, Noah era feliz. Una noche, Conner llega a casa de su hermana encontrando todo patas arriba, y ella no estaba en ningún lado. Escondido y asustado, encontró a Noah, que logró decirle quienes habían entrado. Furioso, Conner corrió al bar donde frecuentaba el delincuente, pero no estaba, y en lugar se involucró en una guerra campal que acabó a los balazos y con su expulsión del cuerpo policial. Conner decidió irse de la ciudad con Noah, se contactó con Patricio y le contó sobre la desaparición de su hermana, sin dudarlo, Patricio ofreció su ayuda y amparo. Así llegaron a Imawo.